Resumen ejecutivo
Nuestro último estudio Risk & Resilience revela un cambio significativo en la percepción del ciberriesgo y la resiliencia percibida ante las amenazas a la ciberseguridad entre los ejecutivos mundiales.
Por primera vez desde 2021, ha aumentado la preocupación por el ciberriesgo, y el 29% de los ejecutivos mundiales cita este riesgo como su mayor amenaza, frente al 26% en 2024. Pero mientras crece la concienciación sobre el ciberriesgo, paradójicamente, los ejecutivos se sienten más preparados para la evolución de las ciberamenazas, con un aumento de la percepción de resistencia del 75% en 2024 al 83% este año.
Esta contradicción subestima el panorama actual de las ciberamenazas y las amenazas tecnológicas, que es cada vez más dinámico e impredecible, como ha puesto alarmantemente de manifiesto los recientes ataques de ransomware a grandes minoristas. No reconocer esta realidad deja a las empresas expuestas, desprevenidas y cada vez más vulnerables a las amenazas digitales actuales, en rápida evolución.
Sin embargo, es un buen dato que el 79% de las empresas está intentando mejorar su ciberseguridad con proveedores externos, y que el 37% tiene previsto invertir en mejorar la ciberseguridad este año.
Es necesario invertir en la gestión proactiva de riesgos cibernéticos, ya que las organizaciones se enfrentan a un sinfín de riesgos. Cuando uno se reduce, otros aparecen. Y si esto se hace de forma aislada, sin una estrategia de riesgos pueden surgir problemas. Entre estos riesgos se incluyen:
Más allá del ciberriesgo, el potencial transformador de la IA para agilizar los procesos e impulsar la eficiencia es inmenso. Las empresas que no aprovechen las oportunidades de la IA corren el riesgo de quedarse atrás. Al mismo tiempo, crece la preocupación por los riesgos de la propiedad intelectual (PI) y la privacidad de los datos, así como por las nuevas normativas, lo que da lugar a un entorno cada vez más complejo para las empresas.
En el volátil y cambiante panorama de riesgos actual, las empresas deben ir por delante de las amenazas a la ciberseguridad y la seguridad de los datos aprovechando todas las herramientas de defensa disponibles, realizando evaluaciones exhaustivas y proactivas de los riesgos de ciberseguridad y desarrollando marcos y estrategias sólidos de gestión de riesgos cibernéticos.