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Una víctima de ransomware por valor de 10 millones de dólares sin copias de seguridad viables y sin forma de recuperarse. Adivina qué pasó después...
Una empresa de construcción fue víctima de un ataque de ransomware y los ciberdelincuentes exigieron 10 millones de dólares. Sin copias de seguridad viables, la organización no tenía forma de recuperarse y necesitaba ayuda.
El asegurado se puso inmediatamente en contacto con el director de Cyber Services de Beazley, que le ayudó a seleccionar a un asesor experto en privacidad y a los diferentes forenses para investigar y determinar el alcance del incidente.
El equipo forense digital determinó que el ciberdelincuente no adquirió ni accedió a información de identificación personal; el asesor de privacidad concluyó que no existían obligaciones de notificación ni de información reglamentaria como resultado del incidente.
Beazley contrató los servicios de una empresa de negociación de rescates, que consiguió reducir el rescate a 5 millones de dólares. Beazley compensó al asegurado por el pago realizado para recuperar la información cifrada. No obstante, mientras no tenía acceso a los sistemas del proyecto, el asegurado necesitó trabajadores, recursos y equipos adicionales para mantener el trabajo in funcionamiento.
El asegurado presentó una prueba de siniestro por interrupción de negocio y recuperación de datos de 3 millones de dólares, que más tarde incluyó otros 1 millones debido a retrasos adicionales en el proyecto. El siniestro ascendió en total a 9 millones de dólares