Debido al aumento de las violaciones de datos en los últimos años, las organizaciones han empezado a tomar una iniciativa más enérgica para garantizar la seguridad y la gestión adecuada de los datos de información. La posibilidad de que se acceda ilícitamente a información confidencial o de que los sistemas sean violados por completo parece inevitable; sin embargo, esta amenaza puede mitigarse en gran medida haciendo un esfuerzo por evaluar, clasificar y gestionar a fondo los datos mediante la aplicación de la clasificación de datos.
La clasificación de datos es una herramienta muy eficaz utilizada para crear controles de seguridad más estrictos, así como para aumentar la eficacia en las organizaciones. Este proceso implica analizar los datos contenidos en tu organización y, a continuación, proceder a su categorización en función del nivel de confidencialidad y riesgo.
Una política de clasificación de datos es necesaria para establecer firmemente las directrices para el tratamiento de la información y los datos de la empresa relacionados con la seguridad. La política debe establecer claramente cada nivel de datos, las descripciones de cada nivel y el tratamiento adecuado de cada tipo de datos. Al aplicar este tipo de política para gestionar los datos de la empresa, mejora enormemente la capacidad de una organización para proteger la accesibilidad y confidencialidad de los activos de información que posee.
Determinar los niveles adecuados de clasificación es un paso crucial para determinar la seguridad de los activos de información mediante el proceso de clasificación de datos. Las organizaciones pueden utilizar niveles básicos de clasificación, como los niveles público, interno y confidencial, así como crear niveles únicos basados en las necesidades individuales de la organización.
Junto con estos niveles de clasificación, es necesario que cada nivel vaya acompañado de criterios que definan claramente el tipo de activos de información que pertenecen a cada nivel. Al definir claramente cada nivel de clasificación, las organizaciones pueden diferenciar entre los tipos de datos de bajo y alto riesgo, así como reducir en gran medida el posible mal uso o filtración de información confidencial.
Cuando una organización opta por clasificar la información en un nivel inferior, como "pública", el criterio para este nivel es cualquier dato que no se considere confidencial y que no afectaría a la organización si se hiciera público. Los documentos de marketing, como los folletos, son tipos de información que muchas organizaciones clasificarían como pública. Este tipo de documentos no tendrían procedimientos de tratamiento estrictos, puesto que probablemente ya estén a disposición del público.
El nivel de clasificación "interno" establecería que cualquier información de este nivel está destinada exclusivamente a uso interno y podría suponer daños o inconvenientes moderados para la organización si se accede a ella de forma ilícita. Las políticas de la empresa, los procedimientos operativos y la información sobre licencias son tipos de información que una organización puede decidir etiquetar como interna. El manejo de la información interna puede limitarse sólo a los empleados de la organización.
Etiquetar los activos de información como "confidenciales" indica que el acceso no autorizado a este tipo de datos sería de alto riesgo y catastrófico para una organización. Los activos de información confidencial pueden consistir en información de red, registros de empleados, información financiera de clientes y otros tipos de datos de alto riesgo. El manejo de la información confidencial puede estar restringido a los empleados en función de su cargo y capacidades dentro de la organización.
La clasificación de datos no sólo ayuda a las organizaciones a desarrollar controles de seguridad más sólidos sobre los activos de información, sino que este proceso también garantiza que la organización cumple las normas reglamentarias. Al clasificar la información, es importante comprender que hay determinados tipos de datos que requieren un nivel confidencial de clasificación. La información de cuentas bancarias, la información sanitaria protegida, la información de identificación personal, como los números de la seguridad social, y la información de tarjetas de pago son ejemplos de datos electrónicos regulados que requieren el cumplimiento de todas las organizaciones que posean este tipo de activos de información.