Saltar al contenido principal

¿Qué relación guarda un bombín con unos químicos sin fin?

what-connects-hats-pickle-hero-1280x720

Antes de que los sombrereros descubrieran en el siglo XIX, que podían utilizar mercurio para endurecer la lana, los sombreros solían ser más flexibles que elegantes: gorros de piel ladeadas con estilo, o de tela, calados hasta la altura de las cejas... 

Con la aplicación del mercurio en la fase de creación, los sombreros ganaron firmeza y elegancia, y el público se rindió a las nuevas creaciones, sobre todo a los bombines, pronto símbolo del caballero londinense. Los sombrereros, sin embargo, no compartieron tanto entusiasmo.

El primer caso de lo que se conoció como “la enfermedad del sombrerero loco” (o erethism) se registró en 1829 en San Petersburgo. En 1860, el médico estadounidense J. Addison Freeman documentó los graves efectos neurológicos y físicos provocados por la exposición al mercurio: temblores, irritabilidad, timidez, pérdida de memoria e incluso alucinaciones.

No es de extrañar que el Sombrerero Loco de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, dijera que podía “creer hasta seis cosas imposibles antes del desayuno”.

  • Nuevas amenazas... cada vez más visibles

    Hoy los paralelismos entre el mercurio y las sustancias químicas conocidas como PFAS empiezan a resultar evidentes.

    Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) comprenden más de 15.000 compuestos sintéticos ampliamente utilizados desde la década de 1940.

    Están presentes en infinidad de productos industriales y de consumo: desde plásticos o envases alimentarios y de comida para llevar, hasta las sartenes antiadherentes, la ropa técnica o incluso los cosméticos, gracias a su resistencia al agua, al aceite y al calor.

    Se las conoce como “químicos eternos” porque apenas se degradan con el tiempo. Persisten en el medio ambiente y pueden acumularse en el organismo humano.

  • A diferencia de los sombrereros del pasado, los consumidores actuales son mucho más conscientes de los riesgos para la salud y exigen medidas. Las empresas de múltiples sectores se enfrentan ya a una mayor presión regulatoria, potenciales litigios y daños reputacionales.

     

    Reparar el daño 

    A medida que los consejos de administración asumen la realidad de los “químicos eternos” en nuestra vida cotidiana, el seguro puede desempeñar un papel decisivo en lo que se refiere a ayudar a asumir y gestionar estos riesgos.

    Adoptar medidas proactivas y mantenerse alerta frente a las amenazas medioambientales permitirá a las empresas capear el temporal. Ante eso, solo queda quitarse el sombrero.

Nuestros productos

Ofrecemos una amplia gama de productos para organizaciones grandes y pequeñas, centrados en las áreas principales de Sanidad, Retirada de Productos y Medio Ambiente.