Desde la IA hasta la ESG, las nuevas normativas con sus derivaciones; y las innumerables elecciones políticas que irán en direcciones muy diferentes, significan que un paso en falso podría situar a los líderes de la dirección en el centro de una tormenta mediática, afectando a su reputación y a la cotización de las acciones. Hoy en día, los consejos de administración tienen que reconocer que, con tantos puntos de vista y cuestiones en conflicto, cada movimiento que hagan podría arriesgarse a alienar a una parte de su base de accionistas.

Para complicar el panorama, los riesgos habituales de responsabilidad civil de los administradores y directivos siguen estando muy presentes. Las amenazas a los ejecutivos planteadas por una posible recesión, la quiebra y la inminente inflación están presentes y, posiblemente, han aumentado.

Tradicionalmente, los litigios de D&O se centraban en las empresas que sobrestimaban o gestionaban mal los resultados financieros.

Hoy en día, vemos que se interponen demandas por una gama mucho más amplia de razones, desde cómo responden las empresas a los ciberataques hasta sus esfuerzos por reducir su huella de carbono cambiando sus cadenas de suministro y el coste que esto tiene en las operaciones. Además, ya no se trata solo de los resultados financieros, sino de cualquier cosa de la que pueda decirse que está reduciendo el valor de una marca.

El papel de los seguros también está cambiando. La transferencia pasiva del riesgo ha quedado obsoleta. El seguro es ahora una solución holística que funciona 24 horas al día, 7 días a la semana. Las empresas que operan en múltiples jurisdicciones necesitan soluciones integrales de seguros para respaldar sus riesgos específicos en cada mercado.

A medida que las principales amenazas se vuelven cada vez más globales por naturaleza, las empresas necesitan programas globales a medida que proporcionen cobertura en toda su presencia global y se adapten a las amenazas a las que se enfrentan en cada región.

La clave está en la preparación

En un momento en el que las empresas se enfrentan a amenazas globales, como los ciberriesgos, catástrofes naturales, desafíos reputacionales, impacto en las cadenas de suministro, etc; la necesidad de que las empresas inviertan en medidas sólidas para mitigar estos desafíos nunca ha sido mayor.

Las empresas más resilientes son las que están mejor preparadas. Son los que han realizado el trabajo previo, han impartido la formación necesaria en toda su organización y lo tienen todo preparado antes de que se inicie un incidente. Estas organizaciones consideran continuamente sus riesgos y tienen un enfoque claro para hacer frente a las amenazas, lo que, en última instancia, les proporciona una ventaja competitiva.

Como aseguradores, podemos ayudar a las empresas a reforzar su resiliencia frente a los riesgos a los que se enfrentan, reforzando su capacidad de recuperación frente a las perturbaciones financieras y proporcionándoles información y seguridad en el difícil entorno operativo actual.

“Las empresas se enfrentan a una creciente carga normativa combinada con la intensificación del riesgo para el empleador y riesgos reputacionales, lo que crea una tormenta perfecta en la que muchos ejecutivos quedan expuestos. La necesidad de reforzar la resistencia es evidente. Prepararse para lo peor y probar y actualizar periódicamente los planes de crisis es esencial para gestionar algunos de los riesgos a los que se enfrentan las empresas hoy en día. ”

Lorena Segovia
Responsable de Líneas Financieras para Europa Continental