La normativa seguirá evolucionando a lo largo del año y podría afectar a la capacidad de la industria aseguradora para ofrecer el nivel de cobertura actual en algunos territorios. También habrá mayor presión sobre las empresas que sufran una fuga de datos o un ciberataque para que lo notifiquen a los organismos de privacidad oficiales , lo que podría tener repercusiones adicionales tras un incidente.
Al mismo tiempo, los ciberdelincuentes son cada vez más agresivos en sus ataques, ya que buscan nuevas formas de obligar a las empresas a pagar rescates y monetizar los datos que roban.
Teniendo en cuenta estos factores, contar con una aseguradora de incidentes cibernéticos experimentada que ofrezca servicios de gestión de riesgos será más importante que nunca. Si toman medidas proactivas de gestión de riesgos, las organizaciones contribuirán a reducir la probabilidad de que se produzca un ataque y estarán en la mejor posición para evitar todos los daños financieros, de gestión y de reputación que estos pueden causar.
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